miércoles, 28 de octubre de 2009

Ser Único


Más allá de la superioridad y la inferioridad

Cada ser humano es único. Ni siquiera hace falta plantearse quién es superior y quién inferior. Sí, las personas son diferentes. Dejadme que os recuerde algo para que no me entendáis mal. No estoy diciendo que todos somos iguales. Nadie es superior ni inferior, pero tampoco somos iguales. Las personas son simplemente únicas, incomparables. Tú eres tú, yo soy yo. Yo tengo que aportar mi potencial a la vida, tú tienes que aportar el tuyo. Yo tengo que descubrir mi propio ser y tú tienes que descubrir el tuyo.

Cuando desaparece la inferioridad, todo sentimiento de superioridad también desaparece. Viven juntos, no se les puede separar. El hombre que se siente superior sigue sintiéndose inferior en algo. El hombre que se siente inferior quiere sentirse superior en algo. Son un par; siempre están juntos; no se les puede separar.

Ocurrió... Un hombre muy orgulloso, un guerrero, un samurai, vino a ver a un maestro zen. El samurai era famoso, bien conocido en todo el país. Pero mirando al maestro, mirando la belleza y la gracia del maestro, de repente se sintió inferior. Quizá había venido con el deseo inconsciente de probar su superioridad.
Dijo al maestro: —¿Por qué me siento inferior? Hace un momento todo estaba bien. Al entrar en tu patio, de repente me he sentido inferior. Nunca me había sentido así. Siento un temblor en las manos. Soy un guerrero, me he enfrentado a la muerte muchas veces y nunca he tenido miedo, ¿por qué siento este temor?


—Espera —dijo el maestro—. Cuando todos se hayan ido, te responderé.
La gente seguía viniendo a visitar al maestro y el hombre se sentía cada vez más cansado.
Al llegar la noche la habitación se vació y cuando ya no quedaba nadie, el samurai dijo: —¿Puedes responderme ahora? —Vamos fuera —dijo el maestro.


Era una noche de luna llena, la luna estaba saliendo por el horizonte...
y el maestro dijo: —Mira estos dos árboles. Éste árbol que se eleva hacia el cielo y este otro pequeño. Ambos han estado al lado de mi ventana durante años y nunca ha habido ningún problema. El árbol pequeño nunca ha dicho: «¿Por qué me siento inferior a ti?» al árbol grande. ¿Cómo puede ser? Este árbol es pequeño y ese árbol es grande, y nunca he escuchado ni un susurro.

—Porque no pueden compararse —dijo el samurai. —
Entonces no hace falta que me preguntes, ya conoces la respuesta —dijo el maestro.


Las comparaciones son las que crean la inferioridad o la superioridad. Cuando no comparas, toda superioridad e inferioridad desaparecen. Entonces eres, simplemente estás allí. No importa si eres un matorral o un gran árbol; eres quien eres. Eres necesario. Una hoja de hierba es tan necesaria como la mayor de las estrellas. Sin esa hoja Dios sería menos de lo que es. El canto del cuclillo es tan necesario como cualquier Buda; el mundo será menos rico si el cuclillo desaparece.

Mira a tu alrededor. Todo es necesario y todo encaja entre sí. Es una unidad orgánica: nadie es superior ni inferior, nadie está más alto o más bajo. Cada uno es único e incomparable.

Tarot de la transformación Zen

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